Los meses de diciembre y enero tienen un significado muy especial para muchos, el simbolismo de cerrar un ciclo e iniciar con otro completamente nuevo y distinto, hacen de este periodo del año el más idóneo para iniciar proyectos innovadores, pero cuidado, no solo hay que tener valor y aventarse al ruedo.
Argumentan, “los que dicen saber” que lo más fácil al emprender es atreverse y que una vez iniciado, lo demás se puede ir resolviendo en el camino y aunque esto es aplicado con frecuencia, resulta ser muy caro y pocas veces acertado, por lo que el nivel de riesgo y las posibilidades de no tener éxito por no hacer la planificación adecuada, son infinitamente mayores en comparación a cuando las haces con la asesoría correcta;
Es por ello que, si tú eres de las personas que quieren atreverse a innovar pero también quieres llevar el control de tu futuro negocio, en Lepanto Abogados queremos que conozcas lo siguiente:
1.- Si ya sabes que vas a hacer ¡protege tu idea!
¿Te has puesto a pensar en el valor de tu idea? Todas las ideas valen por sí mismas, porque son la materialización de horas de inversión de tiempo y esfuerzo destinados a crear un concepto que tiene el potencial de convertirse en un gran negocio, sin embargo, muchas personas dejan los aspectos relativos a la propiedad intelectual en segundo término.
Tu marca, logos, nombre, concepto y hasta la decoración de tu negocio (trade dress), son los principales activos de tu nueva empresa, recuerda que de la vista nace el amor y por eso debes protegerlos con su registro, para que todo el mundo sepa que esa idea o concepto es tuyo y nadie puede apropiarse de él.
2.- ¿Cómo vas a trabajar?
Aunque las alternativas parecieran no ser muchas la realidad no es así, emprender en solitario es muy distinto a hacerlo en compañía de alguien más, como amigos, parejas, conocidos e incluso familiares, y aquí es donde las opciones se diversifican.
Constituir una sociedad pareciera ser la opción idónea, pero elegir entre las anónimas, civiles, cooperativas, por acciones simplificadas y demás variantes, es una decisión que debe ser tomada a conciencia, ya que será la base sobre la que fijes tu relación con los demás socios, recuerda, cuentas “claras amistades largas”.
3.- Con el financiamiento, ¿qué estoy arriesgando?
Algunos emprendedores inician su negocio haciendo uso de sus ahorros, pidiendo préstamos personales a familiares o amigos, solicitando créditos a banco u otras instituciones financieras o bien utilizan el recurso del tarjetazo sin medir las posibles consecuencias.
Cuando recibas un préstamo u otorgues una garantía de cumplimiento, ya sea con pagarés o entregues bienes para respaldar el pago, es sumamente importante que sepas cuáles son las posibilidades reales de riesgo y que opciones tienes en caso de que tu proyecto tarde un poco más de lo esperado en levantar el vuelo
4.- Los colaboradores, el recurso más valioso… y peligroso.
Nadie inicia un proyecto con la idea de no tener éxito o pensando que se encontrará con terribles experiencias en el trayecto, pero un buen emprendedor, prevé todos los posibles escenarios.
Cuando al fin te encuentres con los empleados que buscas, debes de brindarles las mejores condiciones para que se sientan seguros y cómodos y así puedan hacer lo que mejor saben.
Contrario a lo que se recomienda popularmente, los contratos escritos son la mejor opción para iniciar una relación laboral ya que ahí se establecen cuáles son las obligaciones y derechos de cada uno, el contrato es la base para que nadie pida más de lo que merece ni reciba menos de lo que le corresponde.
De igual manera, cuando sus actividades impliquen el uso de datos personales o bien, les compartas el secreto de tu éxito, es importantísimo que firmen contratos de confidencialidad, para proteger los derechos de tus clientes y cuidar tu “know how”.
5.- Iniciar operaciones.
Llegado el ansiado día en que inicies operaciones y pongas en marcha ese proyecto por el que tanto trabajaste, lo peor que te puede pasar es que estas se interrumpan por no haber cumplido con algún trámite tan básico como una licencia municipal.
Sea cual sea el giro de tu negocio, necesitas una licencia municipal que te permita operar, el no contar con ella te puede traer consecuencias desde apercibimientos hasta la imposición de multas y clausuras.
Como puedes darte cuenta, si quieres emprender bien necesitas atender varios aspectos legales que si los dejas pendientes, tarde o temprano pueden generar graves problemas, pero que esto no te abrume, así como encontraste a tus socios y colaboradores, también puedes encontrar quien te acompañe en la travesía jurídica de tu negocio.
En Lepanto Abogados compartimos el ímpetu del emprendedurismo, además de que contamos con especialización en cada área necesaria para poner en marcha tu idea, buscamos hacer de tu proyecto nuestro proyecto.
Asesoría legal para la vida real.
Por Ernesto Olivares Álvarez
Ary Josué Ruiz Alcaraz
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